En la actualidad, nos encontramos en una nueva era del eLearning en la que simplemente proporcionar contenido ya no es suficiente.
El storytelling se ha convertido en una poderosa herramienta para transmitir información, especialmente cuando se trata de contenido denso y técnico. Esta técnica no solo mejora la retención de conocimientos, sino que también permite que los colaboradores se identifiquen con situaciones reales.
En este artículo, exploraremos cuatro técnicas clave para comenzar a implementar el storytelling en la creación de cursos eLearning en su empresa.
A pesar de que sus colaboradores enfrenten responsabilidades que involucran números, tablas, datos y gráficos en su día a día, no subestime su afinidad por las historias. De hecho, ¡las adoran! Las personas tienen una tendencia natural a ser atraídas por "experiencias" que despiertan sus emociones. Por lo tanto, buscan que su formación se sienta más viva y dinámica en lugar de verse reducida a monótonas pantallas llenas de información seria y abrumadora.
Cuando vemos una película, es posible que lloremos en ciertos momentos o sonríamos ante un final de "vivieron felices para siempre". Incluso llegamos a animar al héroe y deseamos ver al villano recibir su merecido. A pesar de que sabemos que no somos los personajes de los libros, películas o series que consumimos, establecemos una conexión profunda con ellos y nos involucramos emocionalmente en sus tramas. Esta identificación con los personajes genera un compromiso emocional significativo.
Ahora, imagine generar ese mismo nivel de involucramiento en sus colaboradores al hacer que ellos sean los protagonistas de la historia que presenta en su curso. Esta es la premisa fundamental de la técnica que exploraremos en este punto.
Aquí hay más recomendaciones:
No cree protagonistas que sean «ordinarios». Los protagonistas no deben ser «ordinarios» para que la audiencia se relacione con ellos. Sus colaboradores aspiran a ser más que normales, así que se relacionan mejor con un carácter que encaja en el molde de la persona en que sueñan convertirse (inteligente, fuerte o con alguna habilidad). Si usted crea un personaje ordinario, asegúrese de que él o ella se convierta en uno extraordinario y sea una inspiración para los colaboradores.
Describa al protagonista minuciosamente.Vaya más allá de la descripción del físico de la persona; mencione acciones, tareas o detalles tales como obstáculos e intereses para que los colaboradores se puedan relacionar con el personaje a un nivel emocional.
Despierte su curiosidad. Al inicio de la historia, deje que el protagonista no tenga conocimiento del camino que tiene por delante. Deje que él o ella descifre gradualmente lo que tiene que hacer a medida que la historia se desarrolla.
Genere momentos de crisis para el protagonista. Su audiencia no puede permanecer indiferente a los problemas de un personaje con el que se pueden relacionar. Las situaciones de crisis provocan curiosidad; los colaboradores quieren saber cómo resuelve el protagonista el problema (ya que les ayuda a ellos saber qué harán también).
Utilice al personaje para hacer y responder preguntas que sus trabajadores comúnmente tienen. Los colaboradores se sentirán entendidos. Esto mejora el nivel de engagement.
Adapte la información al contexto laboral de su empresa. Cuando los eventos y situaciones en la trama resuenan con su realidad, los colaboradores se pueden relacionar mucho mejor.
Ejemplo #1: "La Superación de Obstáculos en Ventas"
En esta historia, los vendedores son los protagonistas que enfrentan obstáculos comunes en el mundo de las ventas, como el rechazo, la competencia feroz o la falta de confianza en sí mismos. A medida que avanzan en el curso, deben superar estos obstáculos y aprender estrategias para manejar situaciones desafiantes en ventas. La narrativa personalizada les permite conectarse emocionalmente con los desafíos y soluciones.
Ejemplo #2: "El Viaje del Vendedor Estrella"
En este curso, los vendedores asumen el papel del protagonista, un vendedor novato en una empresa que debe aprender las habilidades y estrategias necesarias para convertirse en un vendedor estrella. A medida que avanzan en el curso, enfrentan desafíos de ventas realistas, toman decisiones y experimentan las consecuencias de sus acciones. Esta narrativa permite a los colaboradores identificarse con el personaje principal y aprender las mejores prácticas de ventas de manera más efectiva.
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La clásica confrontación entre el bien y el mal es la premisa que impulsa muchas historias, desde cuentos de hadas hasta películas y caricaturas. Esta lucha entre fuerzas opuestas nos atrapa y nos mantiene absortos hasta llegar al desenlace. Todos queremos saber quién prevalecerá en la batalla.
Esta tensión es palpable, y es precisamente esta tensión la que mantiene nuestra atención y nos mantiene alerta. Incorporar situaciones de "bien vs. mal" en sus cursos de eLearning puede generar esta misma tensión, capturar el interés y fomentar el compromiso de los colaboradores.
Por ejemplo, puede transformar un tema aparentemente "aburrido" como la ética en los negocios en una narrativa que destaque el poder de tomar decisiones éticas en el entorno laboral. En lugar de nombrar un curso "Reglamento de Seguridad Alimentaria", podría titularlo "Los Pecados Capitales y Virtudes Celestiales de la Seguridad Alimentaria". Solo con este pequeño cambio en el título, captará la atención de los colaboradores y los motivará a continuar explorando el contenido.
Otro ejemplo: Imagine un curso de liderazgo que se centra en la gestión de conflictos en el lugar de trabajo. En lugar de presentar simplemente estrategias y técnicas, podría crear un escenario en el que un líder debe tomar una decisión ética frente a un conflicto significativo en su equipo. Los colaboradores asumirían el papel del líder y tomarían decisiones difíciles que afectarían la resolución del conflicto y las relaciones dentro del equipo. Este enfoque crea una narrativa de "bien vs. mal" en la que la decisión ética representa el "bien" y la evasión de la ética sería el "mal", generando así tensión y compromiso a medida que avanzan en el curso.
Estas son otras recomendaciones sobre cómo crear un dilema «bien vs. mal» cautivador:
Tenga un héroe (el protagonista) en su historia y póngalo a él o ella en contra del enemigo (el antagonista).
Invente un enemigo a partir de un problema de la vida real que sus colaboradores sean capaces de relacionar con el lugar de trabajo.
Ponga al héroe en jaque. En otras palabras, encuentre un problema o crisis que cambie las reglas del juego para el personaje.
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Cuando se nos presenta la elección entre ganar o perder, nuestro nivel de atención se agudiza y nuestras acciones se activan, ¿verdad?
Así como en la vida real, en una historia, todos los conflictos o crisis exigen que los involucrados comprendan los hechos y tomen decisiones.
Cuando el protagonista se encuentra ante estas situaciones límite, sus colaboradores se sentirán instantáneamente atraídos por el dilema en juego. Se identificarán con los desafíos del protagonista y estarán ansiosos por avanzar en el curso para descubrir cómo se enfrenta y resuelve la situación. Esta dinámica crea una conexión directa y un compromiso profundo con el contenido de aprendizaje.
Alimente este compromiso siguiendo estas recomendaciones:
Cree crisis situacionales con las que su audiencia se puedan identificar. Por ejemplo: ponga al personaje principal en riesgo de perder algo muy importante para él o ella (ej. un gran negocio).
Describa claramente lo que está en juego. En otras palabras, los colaboradores deben poder entender lo que el protagonista podría ganar o perder por sus decisiones. Si falla en lograr tal meta, tal situación X sucederá; si logra tal meta, tal situación Y sucederá.
Haga que el protagonista experimente una derrota o enfrente una pérdida en algún punto de la historia. Esto hace que la historia sea real y enfatiza en la importancia de tomar la decisión correcta. Por ejemplo, haga un escenario: ¿Cómo respondería usted a un negocio perdido? Los representantes de ventas gastan bastante tiempo en recursos alimentando un negocio potencial y después el negocio se pierde. Deje que los colaboradores experimenten la pérdida y reflexionen. Estarán más preparadas cuando realmente ocurra en la vida real.
Ejemplo #1: Curso de Gestión de Proyectos
Imagine un curso de gestión de proyectos en el que los colaboradores asumen el papel de un gerente de proyectos. Se les presenta una situación en la que deben decidir si cumplir con un plazo de entrega ajustado o asegurarse de que el trabajo se realice con la máxima calidad. Esta elección representa el dilema de ganar o perder, ya que ceder en una opción podría tener implicaciones en el éxito del proyecto. Los colaboradores deben tomar decisiones a lo largo del curso y enfrentar las consecuencias de sus elecciones.
Ejemplo #2: Capacitación en Liderazgo Ético
En un curso de liderazgo ético, puede presentar a los líderes en formación con escenarios en los que deben elegir entre cumplir con objetivos financieros a corto plazo o tomar decisiones éticas que promuevan la sostenibilidad y la responsabilidad social. Esta dinámica plantea el dilema de ganar o perder, ya que la elección de objetivos financieros puede llevar al éxito a corto plazo, pero a costa de la ética y la reputación a largo plazo de la empresa.
Es difícil resistirse a lo que llega a nuestros sentidos. Cuando tocamos las emociones y despertamos los sentidos, conseguimos cautivar a la audiencia en una experiencia profunda. Sus mentes se activan, la imaginación fluye y se sienten completamente inmersos en la experiencia.
El secreto para mantener a su audiencia comprometida radica en crear escenarios que estimulen los sentidos. Integre detalles ricos, sensoriales y evocadores en sus cursos, de manera que los colaboradores sean transportados a un mundo completamente diferente.
Aquí algunas ideas:
Mantenga la Regla VAS en mente: Incorpore estímulos que estimulen los diferentes sentidos.
Pregunta visual: ¿Qué se ve en esa escena?
Pregunta auditiva: ¿Qué se puede oír?
Pregunta cinestésica: ¿Qué se puede sentir?
Utilice lenguaje rico y descriptivo para enaltecer la experiencia sensorial.
Agregue imágenes y videos que lleven a la audiencia a sentirse presente en la escena. Ejemplo: Involucre varios sentidos utilizando vídeos. No se preocupe: no tiene que pasar por el lío de filmar un vídeo. Usted puede utilizar música o un vídeo musical realizado por otra persona, indicando que usted tiene el derecho de uso o si es parte del dominio público. Tenga en mente lo siguiente:
Comience el curso con el vídeo como introducción a la historia que usted quiere narrar.
Asegúrese de que el vídeo se relacione con su historia.
Asegúrese de señalar la relación entre el vídeo y las diferentes temáticas de su historia.
Elija cada mensaje clave del vídeo y convierta la información en módulos que le saquen el jugo al material.
Ejemplo #1: Curso de Seguridad en la Construcción
En un curso de seguridad para trabajadores de la construcción, puede incorporar un video interactivo 360 que simule una situación de peligro en un sitio de construcción. Los colaboradores pueden experimentar virtualmente los sonidos de maquinaria pesada, sentir la vibración del suelo y ver cómo las decisiones de seguridad afectan directamente la seguridad del equipo. Esto permite una comprensión más profunda de las prácticas seguras en el lugar de trabajo.
Ejemplo #2: Capacitación en Servicio al Cliente:
En una capacitación sobre servicio al cliente, puede crear una serie de animaciones que representen escenarios de interacciones con clientes. Estas animaciones pueden incluir gestos faciales, expresiones y tonos de voz que transmitan emociones. Los colaboradores pueden elegir respuestas y ver cómo afectan la percepción del cliente. Esto les ayuda a comprender la importancia de la empatía y la comunicación efectiva en el servicio al cliente.