Imagine que usted, como líder de formación, enfrenta el desafío de capacitar a un equipo diverso y disperso geográficamente.
Usted entiende que el conocimiento no es estático; es un ente vivo que crece y evoluciona constantemente.
Ante el vertiginoso cambio tecnológico y la actualización continua de los procesos, ¿cómo puede asegurarse de que su equipo no solo capte la información sino que también la retenga y la aplique efectivamente?
En un mundo donde "aprender a aprender" se ha convertido en una habilidad esencial, los métodos tradicionales de formación ya no son suficientes. No basta con crear un curso y esperar que los colaboradores absorban y mantengan el conocimiento. La formación de hoy debe ser dinámica, adaptándose a la rapidez con que cambia la información. Aquí es donde su papel se transforma: usted no es solo un transmisor de conocimientos, sino un facilitador de experiencias de aprendizaje que deben perdurar.
Los retos son claros: cómo captar la atención de los colaboradores, cómo hacer que la información sea relevante y cómo garantizar que la formación tenga un impacto duradero. La solución radica en implementar estrategias de reforzamiento, en reconocer que el aprendizaje es un proceso que requiere revisión y práctica constantes. Este nuevo enfoque es fundamental para que los colaboradores no solo recuerden la información a corto plazo, sino que también la integren y la apliquen en su trabajo diario.
En este artículo, compartimos una metodología diseñada para enfrentar estos desafíos: el proceso de "recibir, recordar, repetir y retener". Este modelo es más que una estrategia pedagógica; es una respuesta directa a la necesidad de formar equipos capaces no solo de adaptarse al cambio, sino de liderarlo.
Le invitamos a explorar cómo esta metodología puede transformar la formación en su organización y convertirse en el pilar de un aprendizaje que perdure y propicie el crecimiento continuo.
La etapa de "recibir" es esencial en el aprendizaje, ya que es el momento en que el cerebro del colaborador se encuentra más receptivo a la nueva información. En este punto inicial, es fundamental captar la atención y estimular el interés, puesto que el cerebro humano tiende a priorizar la información que percibe como relevante o beneficiosa para su supervivencia o bienestar.
Cuando se presenta material que es visualmente atractivo y que se conecta con las necesidades o intereses del colaborador, está activando áreas específicas del cerebro asociadas con la atención y la memoria a corto plazo. Por ejemplo, el uso de colores, imágenes y estructura en el diseño puede desencadenar la activación de la corteza visual, mientras que una narrativa atractiva puede estimular las regiones del cerebro encargadas del procesamiento emocional, como la amígdala y el hipocampo, que son clave para la formación de recuerdos.
Aquí tiene algunas recomendaciones clave para optimizar esta primera impresión:
Diseño Visual: Opte por un diseño atractivo con una interfaz intuitiva. Emplee gráficos e imágenes que complementen el contenido y faciliten la comprensión.
Contenido Relevante: Personalice la información para que resuene con las experiencias y necesidades de los colaboradores. Comience con datos impactantes que subrayen la importancia del aprendizaje.
Estructura Clara: Organice el contenido en secciones bien definidas, ofreciendo un resumen que actúe como guía del viaje de aprendizaje.
Interactividad: Incorpore elementos como vídeos, animaciones y ejercicios interactivos para mantener una participación activa.
Feedback Inicial: Establezca mecanismos de retroalimentación temprana para que los colaboradores puedan evaluar su comprensión desde el principio.
Una vez que se ha captado la atención inicial y se ha "recibido" la información, el cerebro necesita procesarla y almacenarla de manera eficiente. Aquí es donde la neurociencia ofrece insights valiosos sobre cómo mejorar la retención de la información.
El cerebro humano no está diseñado para recordar todo lo que aprende. Por el contrario, tiene un mecanismo selectivo que prioriza la retención de información que considera más relevante o que se ha repasado varias veces. La técnica de repetición espaciada aprovecha esta característica, presentando la información varias veces en intervalos crecientes. Este método es efectivo porque cada vez que se recuerda una pieza de información, se refuerza el camino neural asociado con ese conocimiento, haciendo que sea más fácil de recuperar en el futuro.
La recuperación activa, por otro lado, implica traer activamente a la memoria la información aprendida, en lugar de simplemente revisarla. Esta técnica se basa en la idea de que el cerebro mejora su capacidad de acceso a cierta información cada vez que la "recupera". Por ejemplo, en lugar de releer un texto, se podrían realizar cuestionarios que requieran recordar activamente esa información. Este esfuerzo por recuperar la información fortalece la memoria y facilita el aprendizaje a largo plazo.
El uso de cuestionarios intermitentes y ejercicios de recapitulación no solo refuerza el conocimiento, sino que también ayuda a identificar las áreas donde los colaboradores podrían necesitar más apoyo. Las plataformas de e-learning modernas pueden ser programadas para ofrecer estos ejercicios de manera automática, asegurando que la revisión se realice de manera sistemática y efectiva.
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La etapa de "repetir" es crucial en el proceso de aprendizaje y se cimenta en el principio de que la práctica conduce a la perfección. El cerebro humano aprende mejor a través de la repetición y la práctica activa, lo que implica no solo repasar la información, sino utilizarla en diferentes contextos y situaciones. Este método de práctica repetida consolida las conexiones neuronales que se forman cuando se aprende algo nuevo.
Cuando los colaboradores aplican repetidamente lo que han aprendido, por ejemplo, a través de simulaciones o juegos de roles, están involucrando el cerebro en un proceso conocido como "aprendizaje experiencial". Este tipo de aprendizaje es extremadamente poderoso porque se procesa en varias áreas del cerebro, incluyendo aquellas responsables de la toma de decisiones y la resolución de problemas.
El feedback inmediato juega un papel fundamental en esta fase, ya que actúa como un sistema de guía para el cerebro. Al recibir retroalimentación en tiempo real, los colaboradores pueden ajustar sus acciones y comprender mejor las consecuencias de sus decisiones. Esto no solo ayuda a fortalecer las áreas de conocimiento correcto, sino que también permite corregir errores en el momento, evitando la consolidación de prácticas incorrectas.
Además, la repetición con variaciones es una técnica poderosa para mejorar la retención. Al enfrentarse a tareas ligeramente diferentes o al aplicar conocimientos en diversos contextos, los colaboradores no solo refuerzan lo que han aprendido, sino que también aumentan su capacidad para transferir ese conocimiento a nuevas situaciones. Esto es esencial en el entorno laboral actual, donde la capacidad de adaptación y la aplicación flexible del conocimiento son clave para el éxito.
En definitiva, la repetición consciente y dirigida, complementada con feedback oportuno, asegura que la información no solo se memorice, sino que se integre plenamente en el repertorio de habilidades del colaborador, permitiendo una mejora continua y la excelencia en el desempeño de sus funciones.
La etapa de "retener" es donde se solidifica el ciclo del aprendizaje. Es el momento de asegurar que los conocimientos adquiridos se graben en la memoria a largo plazo y, más importante aún, que se puedan aplicar cuando sea necesario. La retención de información es un proceso complejo en el cual el cerebro filtra y almacena los datos que considera relevantes.
Para que el conocimiento perdure, es crucial que se realice una revisión periódica del contenido aprendido. La neurociencia apoya la idea de que las repeticiones programadas y la revisión constante fortalecen las conexiones neuronales, haciendo que el recuerdo de la información sea más accesible. Además, cuando se revisa la información en diferentes contextos o mediante diferentes métodos, se promueve la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales.
La aplicación constante del conocimiento en el trabajo diario es otra clave para la retención. Al aplicar lo aprendido en proyectos reales, los colaboradores no solo ponen a prueba sus habilidades, sino que también realizan ajustes basados en la experiencia, lo cual refuerza aún más el aprendizaje. Este tipo de aprendizaje práctico y aplicado promueve lo que se conoce como memoria procedimental, la cual es responsable de saber "cómo" hacer las cosas y es una de las formas más duraderas de memoria.
Las comunidades de práctica son también un recurso valioso en esta etapa. Al compartir experiencias y conocimientos con otros, los colaboradores no solo refuerzan lo que han aprendido, sino que también expanden su comprensión a través del intercambio de perspectivas. Este tipo de interacción social activa sistemas cerebrales asociados con el aprendizaje y la memoria, como el sistema límbico, lo que puede aumentar la motivación y mejorar la retención.
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La conclusión del proceso de aprendizaje no es el final de un camino, sino más bien la consolidación de un círculo virtuoso que se auto-perpetúa: el ciclo de "recibir, recordar, repetir y retener". Este proceso cíclico es esencial para diseñar experiencias e-learning que trasciendan la mera transmisión de información y se conviertan en un verdadero catalizador de transformación personal y profesional.
Cada etapa del proceso es una capa adicional en la construcción de una base sólida de conocimientos y habilidades, que no solo se adquieren, sino que se viven y se incorporan en el quehacer diario de los colaboradores.
En definitiva, al abrazar este proceso cíclico de aprendizaje, las organizaciones se equipan para enfrentar los desafíos del mañana, asegurando que su fuerza laboral no solo esté preparada, sino inspirada para liderar el camino hacia el futuro. Este es el nuevo paradigma en la capacitación corporativa: un aprendizaje que se vive, se comparte y se perpetúa, impulsando el crecimiento continuo y sostenible.
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