¿Qué es lo primero que hace cuando se dispone a crear un nuevo curso eLearning? ¿Se lanza de cabeza a la herramienta eLearning o, como muchos ahora, piensa que con la inteligencia artificial ya casi tiene todo resuelto?
Si es así, déjeme contarle un secreto: aunque la IA hace maravillas y la tecnología acelera los procesos, estas no pueden sustituir la claridad estratégica que usted y su equipo necesitan antes de comenzar.
Es tentador pensar que, gracias a los avances tecnológicos, basta con presionar un botón para que todo esté listo. Pero la realidad es otra: antes de liberar su creatividad y dejar que la tecnología tome el control, es fundamental sentarse a definir una estrategia clara y bien pensada.
Esto comienza con responder cuatro preguntas clave que son cruciales para evitar que su curso se convierta en un desperdicio de tiempo y dinero, y que en cambio, se transforme en uno que realmente haga la diferencia.
Marcar la diferencia significa hablarle a las personas correctas, con el mensaje adecuado, empleando ejemplos con los que se identifiquen y asegurándose de que los participantes puedan aplicar lo aprendido en su lugar de trabajo.
Así que, antes de empezar a diseñar en su herramienta eLearning favorita o dejar que la IA haga magia, considere estas preguntas esenciales:
Conocer a su audiencia no es simplemente un paso burocrático, sino un proceso fundamental que determina la relevancia y el éxito del curso.
Piénselo, si lanza un curso sin analizar a fondo quiénes lo tomarán, es como servir un menú degustación sin preguntar por alergias o preferencias alimenticias—podría acabar con resultados indeseados.
Un curso eLearning que no se adapta a las necesidades, conocimientos previos y contexto de sus colaboradores puede resultar en una experiencia de aprendizaje ineficaz, desmotivadora y, francamente, olvidable.
Por eso, entender quiénes son los colaboradores y qué necesitan aprender es esencial. Si ignoramos este paso, corremos el riesgo de:
Desarrollar contenido que ya dominan o que es demasiado avanzado: Esto puede llevar a la frustración o al aburrimiento, ya que el material no se siente ni desafiante ni accesible.
No alinear el curso con sus necesidades prácticas diarias: Si el curso no ofrece aplicaciones concretas para los retos que enfrentan en el trabajo, los colaboradores podrán sentir que están perdiendo el tiempo.
Falta de motivación para completar el curso: Si no ven el valor o la relevancia en el contenido, es probable que no se comprometan totalmente con el aprendizaje.
Aquí tiene algunas preguntas clave que debería considerar para que su curso eLearning realmente responda a las necesidades de sus colaboradores y fomente su motivación para aprender:
Datos generales de la audiencia: ¿Qué nivel educativo tienen sus colaboradores? ¿Qué habilidades poseen ahora y cuáles aspiran a desarrollar?
Rutina diaria: ¿Cómo es un día típico en sus roles? ¿Están siempre en reuniones o necesitan espacio para tareas concentradas?
Entorno laboral: ¿Cuáles son las principales frustraciones o retos que enfrentan en su puesto? ¿Cómo es el ambiente: colaborativo, competitivo, tranquilo?
Motivación para el curso: ¿Toman este curso por obligación o por elección? Este detalle puede cambiar cómo aborda el diseño del curso.
Conocimiento previo: ¿Cuánto saben ya sobre el tema del curso? No queremos empezar a explicar la receta desde cómo encender el horno si ya son chefs expertos.
Al responder estas preguntas, se asegura de que su curso no sea solo otra tarea en la lista de sus colaboradores, sino una herramienta valiosa que enriquezca su desarrollo profesional y resuelva problemas reales en su día a día laboral.
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La respuesta es más sencilla de lo que parece: la gente actúa basándose en lo que le beneficia.
Sus colaboradores se preguntan constantemente: "¿Qué hay en esto para mí?" Por eso, la relevancia y utilidad de la capacitación son clave.
Cuando planifica un curso eLearning, no solo está diseñando un conjunto de lecciones; está armando una propuesta de valor que debe resonar con las necesidades y deseos de sus colaboradores. Ellos son adultos con agendas llenas y múltiples responsabilidades, por lo que valoran su tiempo y buscan resultados tangibles.
Aquí le doy algunas estrategias para asegurarse de que su curso no solo sea necesario, sino irresistible:
Claridad en los beneficios: Desde el inicio, defina qué ganarán con este curso. ¿Mejorarán en su puesto actual? ¿Adquirirán habilidades que los pueden llevar a una promoción? Sea explícito y recuerde destacar estos beneficios a lo largo del curso.
Conexión con la realidad: Utilice ejemplos concretos que muestren cómo se aplican las lecciones en situaciones reales. Si es un curso de gestión de tiempo, incluya un módulo sobre cómo aplicar estas técnicas en un día típico de trabajo.
Interacción y dinamismo: Agregue preguntas que provoquen reflexión y actividades interactivas que mantengan la atención. Un quiz rápido después de un concepto importante puede ayudar a reforzar el aprendizaje.
Expertos y testimonios: Incluya vídeos cortos de expertos o testimonios de personas que han aplicado con éxito lo aprendido. Ver a alguien hablar sobre los beneficios reales puede ser muy motivador.
Aplicabilidad inmediata: Asegúrese de que cada módulo enseñe algo que puedan empezar a usar de inmediato. Esto les muestra el valor del curso desde el principio y aumenta la satisfacción y retención del conocimiento.
Como creador del curso, su rol es doble: educar y convencer. Usted debe ser el primero en creer y comunicar los beneficios del curso, porque si usted no lo ve claro, sus colaboradores tampoco lo verán. Al enfocarse en estos aspectos, asegurará que la capacitación no solo sea efectiva, sino también valorada y aplicada.
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Esta pregunta es fundamental y debe guiar todo el proceso de creación de su curso eLearning, incluso si utiliza inteligencia artificial (IA) para desarrollarlo.
Olvídese de bombardear a sus colaboradores con datos y teorías que suenan más aburridos que una lectura del manual del usuario de una licuadora. Lo que realmente importa es que el contenido esté alineado con las necesidades reales y el contexto de las personas.
Centrarse solo en temas y contenidos, sin conectarlos con situaciones prácticas, es un camino seguro hacia un curso que será olvidado tan pronto como se complete. En lugar de eso, piense en los tipos de situaciones en las que sus colaboradores realmente necesitarán aplicar lo aprendido. Esto le ayudará a adaptar su enfoque y hacer el aprendizaje relevante y atractivo.
¿Cómo puede presentar claramente lo que sus colaboradores deben saber o ser capaces de hacer al finalizar el curso? Aquí van algunos consejos:
Inicio claro: Al comenzar cada módulo, presente los objetivos de manera directa. Puede usar una lista breve con viñetas que resuma lo que aprenderán o lo que serán capaces de hacer al final.
Resumen visual: Utilice infografías o diagramas al inicio y al final de cada sección para visualizar los objetivos. Esto ayuda a que la información sea más digerible y fácil de recordar.
Interacción constante: Incluya preguntas de reflexión o pequeñas encuestas durante el curso que reiteren los objetivos. Preguntas como "¿Cómo aplicaría esta técnica en su próximo proyecto?" ayudan a conectar el contenido con la realidad laboral de los colaboradores.
Actividades prácticas: Diseñe actividades que los obliguen a poner en práctica lo aprendido. Por ejemplo, si el objetivo es mejorar las habilidades de presentación, podría pedirles que preparen y presenten un breve discurso sobre un tema tratado en el curso.
Retroalimentación y seguimiento: Ofrezca retroalimentación específica sobre cómo las actividades realizadas contribuyen a los objetivos del curso. Esto no solo refuerza el aprendizaje, sino que también clarifica la relevancia de cada tarea dentro del contexto más amplio del curso.
Resumen final del curso: Al final del curso, haga una revisión general de todos los objetivos cubiertos. Esto puede ser a través de una sesión interactiva de preguntas y respuestas o un resumen gráfico que los alumnos puedan descargar y conservar para referencia futura.
Recuerde, como dijo Malcolm Knowles, un pionero de la educación de adultos: "El aprendizaje adulto está enfocado en la vida real". Los adultos quieren aprender cosas que les ayuden a manejar tareas y resolver problemas cotidianos en contextos reales. Mantenga esto en mente y diseñará un curso que no solo sea instructivo, sino transformador y extremadamente valioso para sus colaboradores.
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Antes de lanzarse a diseñar en su herramienta eLearning favorita, pregúntese: ¿Realmente entiendo las necesidades y contextos de mis colaboradores? ¿Estoy seguro de que el curso les proporcionará habilidades aplicables y mejorará su desempeño laboral?
No olvide que lo que está en juego aquí es mucho más que la transmisión de información; se trata de garantizar que sus colaboradores no solo aprendan, sino que transformen ese aprendizaje en acción.
Pasos inmediatos a seguir:
Realice un análisis detallado de su audiencia: Conozca sus necesidades, nivel de habilidades actual y los desafíos específicos que enfrentan en su trabajo diario.
Defina los objetivos de aprendizaje claros y medibles: Estos deben ser relevantes para sus colaboradores y deben estar alineados con los resultados que usted desea alcanzar con el curso.
Involucre a sus colaboradores en el proceso de aprendizaje: Utilice métodos interactivos y prácticos que les permitan practicar lo aprendido y recibir retroalimentación continua.
Evalúe y ajuste: Al final del curso, solicite feedback de los colaboradores y ajuste el contenido según sea necesario para mejorar la experiencia de aprendizaje y asegurarse de que los objetivos se están cumpliendo efectivamente.
Al centrarse en estos aspectos, no solo creará un curso que valga la pena el tiempo invertido por sus colaboradores, sino que también fomentará un ambiente de aprendizaje continuo que puede llevar a mejoras significativas en el desempeño laboral.
Recuerde siempre: un buen curso eLearning no solo informa, transforma.