La mayor parte de las estrategias de aprendizaje de adultos se basan en la idea de que los adultos aprenden de manera diferente de los niños o jóvenes. El término que surge con frecuencia es "andragogía", que Malcolm Knowles acuñó para describir cómo aprenden los adultos en contraste con la "pedagogía", es decir, cómo aprenden los niños.
Ya conocemos muchas teorías entorno al aprendizaje de adultos. El problema son los cursos que todavía no tienen en cuenta lo que estas teorías entrañan, o la a menudo errónea aplicación de las estrategias andragógicas para obtener el máximo rendimiento.
La comprensión de cómo aprenden los adultos es el primer paso para la elaboración de materiales de eLearning que los adultos en realidad quieran empezar y terminar. Al reconocer la forma en que aprenden mejor, incluyendo ciertos rasgos de los adultos y el aprendizaje de conductas de instrucción, los diseñadores se encuentran en una mejor posición para añadir más valor a sus cursos.
Los estudiantes adultos ... son autónomos y auto-dirigidos, tienen una base de experiencias de vida y conocimiento, son orientados por las metas y por la relevancia, son prácticos y necesitan que se les muestre respeto. Para cada característica, hay implicaciones para usted: el capacitador.
Asegúrese de que la primera impresión sea positiva. En realidad es la primera impresión la que permite a los educandos adultos encontrar una conexión emocional con el tema que se está presentando. Una vez que los estudiantes se enganchan en la lección, no hay vuelta atrás. No es sólo una cuestión de hacer que presten atención a sus pantallas o contenido, también es necesario que los alumnos participen activamente durante todo el proceso.
Estas son sólo cuatro de las muchas maneras de involucrar a los estudiantes con éxito:
Los estudiantes adultos tienen una vasta colección de experiencias, de las que pueden extraer conocimiento o a las que se pueden referir durante su proceso de aprendizaje. Pueden, por ejemplo, aprovechar el aprendizaje previo y conectarlo con nuevas ideas.
El reto es hacer que apliquen lo que ya saben. Un simple ejercicio de "qué pasaría si", con la ayuda de un software de diseño relativamente económico, puede ayudar efectivamente a lograr este objetivo. Un curso de simulación diseñado para los vendedores, por ejemplo, puede incluir situaciones reales que les permitan mejorar sus habilidades y aplicar el aprendizaje previo. Incluir otras técnicas experimentales como juegos de rol, estudios de casos de la vida real, discusiones en grupo y demostraciones también puede ayudar. Estas actividades permiten a los alumnos ser participantes activos en la experiencia de aprendizaje (después de todo, eso es lo que ellos prefieren).
No hay nada misterioso en esto realmente. Sólo hay que dar a los estudiantes tantas oportunidades como sea posible para traer sus experiencias previas al nuevo material.
Vender a la gente el "por qué" necesitan aprender algo nuevo es muy difícil. Pero este fino arte de la venta o de la persuasión puede facilitarse recurriendo a los deseos de sus alumnos adultos.
Las metas de aprendizaje son buenas. Los objetivos son importantes. Pero no se olvide de incluir los deseos de sus alumnos cuando intente comprender lo que los motiva a aprender.
Pregúnteles qué cambios es lo que quieren ver en ellos mismos o en el trabajo. Deles el panorama más grande, muéstreles cómo el curso puede beneficiarlos antes de entrar en los detalles.
Asimismo, tome en cuenta que hay declaraciones que podrían desalentar a los adultos a aplicarse en el curso. Ejemplo común: "la administración ha hecho de esta capacitación obligatoria para todos en la empresa."
Esto no sólo no motiva a los adultos, sino que tampoco les vende la idea de aprender para alcanzar sus habilidades deseadas y conocimientos específicos. Así que asegúrese de relacionar siempre un programa de aprendizaje a la experiencia del alumno adulto y su posición en la organización. Motívelos a ser mejores en el trabajo.
Los estudiantes adultos auto-dirigidos son altamente exitosos, por lo que no hay que empujarlos en la dirección correcta. Por lo general, son conscientes de la necesidad de saber algo y la importancia de adquirir nuevas habilidades e información.
Los estudiantes adultos, hasta cierto punto, son auto-dirigidos. A todos les gustaría tener la libertad de elegir cómo, dónde y qué aprender. Ayúdelos entonces a ayudarse a sí mismos a alcanzar sus metas de aprendizaje mediante su participación en la planificación y diseño de instrucción. Aquí están algunas maneras de empezar: