Desarrollar un curso eLearning exitoso requiere que tomemos en cuenta diferentes elementos clave, entre ellos el diseño instruccional. Para crear una estrategia eficaz a nivel didáctico y que, a la vez, sea atractiva para el estudiante es necesario considerar distintos aspectos o conceptos.
Es en este punto donde con frecuencia se habla del término “chunking information”, que en español podría traducirse como dividir o fragmentar la información.
Fragmentación se refiere a partir el contenido en trozos pequeños para que el cerebro pueda digerir la nueva información de forma más fácil. Esta práctica resulta de gran utilidad para nuestro cerebro, ya que la memoria de trabajo, que es el lugar donde manipulamos la información, retiene una cantidad limitada de datos al mismo tiempo.
Si la memoria de trabajo del estudiante se encuentra saturada, el exceso de información que le transmitamos desaparecerá. ¡Aquí se encuentra el reto en el momento de diseñar un curso! Esto significa que si estamos explicando un tema complejo y el alumno debe tener en cuenta varios factores para comprenderlo, tendremos que dividir la información en pequeños trozos.
Segmentar la información es particularmente importante para el aprendizaje en línea o eLearning. Al no contar con un instructor físicamente para responder preguntas o guiar el proceso de aprendizaje, es necesario que los contenidos estén organizados de manera lógica y progresiva.
Debido a que con esta estrategia se agrupa la información conceptual relacionada, resulta útil no sólo para un curso lineal típico, también funciona para los objetos de aprendizaje, enfoques de aprendizaje no lineales, así como para el aprendizaje por descubrimiento.
¡Es momento de poner manos a la obra! A continuación le mencionamos los 4 pasos que debe seguir para fragmentar el contenido de su curso:
Paso 1: Inicie por el nivel más alto
Empiece la división del contenido jerarquizando el contenido según su importancia. Organice los módulos, secciones y temas en un orden lógico y progresivo.
Separe el contenido en grandes segmentos relacionados conceptualmente y úselos como módulos. Existen muchas estrategias para organizar el contenido, entre ellas: Ir de lo simple a lo complejo, Causa y efecto, Secuencial, etc. Utilice la que más se adecue a su objetivo y contenido.
Paso 2: Fragmente módulos en secciones y secciones en temas
Divida los módulos en trozos más pequeños relacionados, estos se convertirán en sus secciones. Continúe con este proceso hasta que el contenido se fragmente en temas. A medida que se familiarice con el contenido, puede ir ajustando la estructura interna.
Paso 3: Organice el contenido de cada pantalla
Una vez que tiene una sólida estructura a nivel de módulo-sección-tema, organice el contenido para cada pantalla colocando un trozo de información en cada una. Evite la introducción de varios temas, objetivos de aprendizaje o conceptos a la vez, en una misma pantalla.
Paso 4: Considere la capacidad de la memoria de trabajo
Durante todo el proceso de estructuración del contenido, piense en términos de la memoria de trabajo. ¿Necesita incluir realmente todo el contenido que tiene frente a usted? Si no es así, deshágase del contenido superfluo. Menos es más.
¿El estudiante requiere más de un par de elementos en la memoria de una sola vez para entender lo que le está enseñando? Si es así, fragmente de nuevo la información.
Al dividir la información de su curso, tome en cuenta que, afortunadamente, las imágenes, los audios y otros recursos multimedia pueden reducir las demandas de memoria de trabajo; así que aprovéchelos y promueva la retención por parte del alumno.