Hoy, más que nunca, la tecnología juega un papel importante en la sociedad. Todos los aspectos de nuestra forma de vivir están siendo impactados por la tecnología. Desde la forma en que nos comunicamos y hacemos negocios, hasta cómo aprendemos y enseñamos, e inclusive la forma en que nuestro cerebro funciona.
La introducción de las nuevas tecnologías plantea un paradigma educativo totalmente diferente. Tiempo atrás, las personas solían sólo aprender en un aula. Pero hoy en día, sólo necesitan una computadora y conexión WIFI. Aprenden en cualquier momento y lugar, ya sea en casa o en una cafetería. De igual forma, a medida que las habilidades, conocimientos y necesidades del estudiante cambian, también lo hace el papel del instructor.
Para proporcionar la mejor experiencia de aprendizaje posible, nosotros como profesionales de la educación y la formación tenemos que adaptarnos y encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades cambiantes de nuestros alumnos. Debemos entender y abrazar el significado y las implicaciones de estos cambios en el proceso de aprendizaje.
Usualmente aprendíamos a través de cursos y actividades individuales. Teníamos compañeros de estudio, sí, pero a éstos no se les daba la importancia suficiente. Sin embargo, con la introducción de las nuevas tecnologías, el aprendizaje se ha desplazado de un esfuerzo individual a una actividad colaborativa.
Por aprendizaje colaborativo nos referimos a cualquier método de enseñanza en el que los estudiantes se agrupan hacia una meta común de aprendizaje. La realidad es que una gran cantidad de herramientas facilitan o incluso fomentan la cooperación- desde las redes sociales hasta las aplicaciones de mensajería instantánea-.
Más allá de los diversos software de comunicación, las herramientas de colaboración están tomando fuerza. La colaboración no es nada más un buen complemento, se ha convertido en una característica necesaria. Vea el caso de Google Drive, Dropbox , Evernote y los software de gestión de tareas populares como Astrid y Todoist. Estas aplicaciones están destinadas para facilitar la colaboración.
Esta es una consecuencia inevitable provocada por Internet. Ahora nos podemos comunicar, en tiempo real o no, con la gente cuando y donde queramos. En las sesiones Web o clases virtuales con conexión a Internet, los estudiantes de todo el mundo recurren unos a otros en busca de ayuda. Ellos encuentran en este mundo virtual a otras personas que comparten sus intereses y colaboran con ellos mientras progresan en el curso.
De esta manera, se puede decir que las tecnologías Web 2.0 no sólo apoyan los procesos cognitivos, sino también los procesos socio- emocionales al fomentar la participación de los estudiantes en "llegar a conocer unos a otros, envolviéndose en las relaciones sociales, el desarrollo de la confianza y la pertenencia, y construir un sentido de comunidad en línea. "
Los procesos modernos de colaboración están llenando la falta de "toque humano " que ha sido durante mucho tiempo criticado en el eLearning. La tecnología ya no es un obstáculo para una verdadera y auténtica interacción. Es, en cambio, un elemento que ofrece a los estudiantes un enfoque humanizado, una experiencia de aprendizaje en línea.
Este cambio de un aprendizaje pasivo a uno activo o de un enfoque centrado en el profesor a un enfoque centrado en el estudiante, es probablemente la consecuencia más positiva de la tecnología.
Los estudiantes ya no son simplemente receptores de contenidos que toman notas o escuchan al instructor hablar durante horas. Hoy, los estudiantes tienen un conjunto diferente de expectativas cuando se trata de aprender. Ellos realmente quieren participar o tener algo que decir y mantener un sentido de control sobre sus capacitaciones.
Estos estudiantes activos por lo general recurren a aplicaciones móviles para aprender cuando y donde pueden. A su vez, ellos recurren a la Web para acceder directamente a la información para resolver un problema o duda. Ellos todavía recurren al instructor, pero sólo para buscar orientación.
La tecnología, entonces, se convierte en una herramienta facilitadora para el aprendizaje activo. A través de ella, los alumnos son capaces de investigar, comunicar y resolver problemas. Cada vez que navegan por la Web, tienen acceso directo a una enorme biblioteca de información.
La Web ofrece una gran cantidad de datos, no sólo texto. Además, la Web es hipermedia, no es lineal. Pero lo más importante, la Web ofrece a los estudiantes libertad para aprender de acuerdo con los caminos de su propia elección. Los estudiantes pueden ser autores y solucionadores de problemas, no sólo audiencia. Gracias a esto, las actividades pasivas ya se están convirtiendo en obsoletas.
Para realmente involucrar a los estudiantes activos, la educación tiene que ser mucho más abierta, móvil, social y analítica. Y todo esto lo hace posible la tecnología.
Un enfoque personalizado para el aprendizaje es la clave aquí. Es lógico que los estudiantes en una misma "clase" estén propensos a tener múltiples necesidades que cumplir y no todos ellos apuntan hacia el mismo objetivo de aprendizaje. Cada uno de ellos tiene su propio conjunto de problemas, agendas, habilidades, experiencia previa, valores y prioridades.
Es por esto que es extremadamente importante aplicar diferentes tipos de contenido para los alumnos. Un enfoque de entrega de contenidos flexible y personalizado es un requerimiento en la actualidad.
La tecnología, después de todo, no sólo facilita el aprendizaje colaborativo, también permite a los instructores o capacitadores atender la variada gama de necesidades de los alumnos. De hecho, un híbrido de auto-estudio, instrucción personalizada y el estudio en grupo ha demostrado ser una efectiva forma de aprender. Carol Tomlinson, una experta en la instrucción diferenciada, ya ha documentado el éxito de los estudiantes a quienes se enseña en función de sus perfiles de aprendizaje y niveles de preparación.
Imagínese a un estudiante cambiándose de una pestaña a otra, o de una pantalla de escritorio a una pantalla del smartphone. Le tomó más de una hora para terminar la lectura asignada de menos de 1000 palabras. Además, recordó menos de la mitad de la información. El culpable, claro, es su falta de concentración. El realizó múltiples tareas simultáneamente y, por lo tanto, fue incapaz de mantener la concentración en sus estudios.
Con el aumento del fenómeno “multi-tasking”, los estudiantes fácilmente distraídos se han convertido en un enorme desafío para los profesionales de eLearning. El “multi-tasking” afecta negativamente la forma en que los estudiantes absorben y procesan la información. Por ende, nuestra función como profesionales de eLearning es capturar la atención y enganchar tanto al alumno que sea casi imposible que se distraiga. Además, hay muchas otras técnicas que podemos tomar en cuenta para evitar estas distracciones.